jueves, 22 de julio de 2010

SHOWCASE LONDON CITIES




These paintings are a reflection on the nature humans as insatiable emotion-consuming beings. Emotions that shape and define us throughout our lives, making us feel alive; emotions that remain unperturbed in the face of time and circumstance.
They are the language of a body that tries to get rid of all conventions or “tailor-made” suits, so as to swim into the sea of the unusual, a sea made up from disconnected bits and pieces that still, complement each other.
In an attempt to get away from them, we sometimes end up putting on the mask of indifference, which only results in an even more noticeable difference. Difference is something so inherent to us, human beings, as distinctive as our own skin or each an everyone of our thoughts.
These emotions go far beyond us, influencing everything around, guiding our steps towards the unknown. Living between dreams and reality, we wish to escape reality and dive into a dream-like world, where reason is overcome by the heart, where the struggle between reason and skin can no longer exist, where our dreams guide our way, while we unburden ourselves from the restrains that tie us down.
SHOWCASE LONDON CITIES http://www.showcase-cities.com/london/

SHOWCASE LONDON CITIES




Esta serie de dibujos reflexiona sobre el ser humano como insaciable consumidor de emociones. Emociones que nos conforman y definen, acompañándonos a lo largo de toda una vida, haciéndonos sentir vivos; y que se muestran impasibles ante el tiempo e imbatibles, por defecto, ante cualquier circunstancia.

Son el lenguaje del cuerpo, un cuerpo que trata de desprenderse de convencionalismos y de trajes hechos a medida, para nadar en la abundancia de lo inusual, y de un mar de telas y recortes inconexos pero complementarios.

En algunos casos, en un intento por huir de ellas, acabamos recubriéndonos de un halo de indiferencia, que no hace más que acentuar nuestra diferencia. Porque es algo inherente al ser humano, tan distintivo como lo es la propia piel o cada uno de nuestros pensamientos.

Estas emociones se expanden más allá de nosotros, imperando sobre todo aquello que nos rodea, conduciendo nuestros pasos hacia lo desconocido. A caballo entre la realidad y el sueño, queremos huir de lo real para sumergirnos en nuestro escenario onírico, donde la razón deja paso al corazón, donde la lucha entre la razón y la piel no tiene cabida, donde los sueños gobiernan nuestros pasos, dejando atrás los lastres que los anudan y entorpecen.
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martes, 22 de junio de 2010

ENTRE A RAZÓN E A PEL_ZONA "C"


ENTRE A RAZÓN E A PEL_ZONA "C"

La imagen del ovillo como germen fundamental anuncia ya el origen de cualquier desarrollo posterior, preludia el comienzo de toda vida. Recogido en sí, despierta nuestro deseo y nos invita a dar el primer paso. Señales del cuerpo, deseos, emociones, pensamientos, se ofrecen a la mirada interior formando una unidad inextricable, la unidad del yo, que se expone y manifiesta externamente. Así es como de hilos y nudos vamos, contra la intuición, del adentro al afuera.
Buscamos, palpamos, tanteamos en la penumbra de nuestra materialidad, paseamos del signo de vida oculto en nosotros a su expresión y afloramiento como signo visible. Nuestro límite expresivo es pues, una salida a superficie: el rostro, que lleva tras de sí la mayor de las oscuridades, no tanto el silencio cuanto lo no dicho. Cada gesto acusa algo, una parte mínima reveladora de nuestro modo de enfrentarnos al mundo. Uno a uno, minúsculos acontecimientos nos hieren y apuntalan como alfileres en el infinito goteo de instantes del ahora. Y donde hay dolor, hay tiempo que pasa, identidad que se forja.
Así como el umbral nos advierte de la puerta, el autorretrato es, finalmente, salida y solución, el desanudarse de todo conflicto, un desvelamiento del enigma del ovillo, el enigma de todo principio. La dinámica del deseo es circular y coagulante. El comienzo y el fin se necesitan y confunden, y ese juego es para siempre.
Entre la razón y la piel, una instalación efímera, de estructura delicada y sutil, es una metáfora inmediata en el doble sentido de traslación o transporte, y de remisión a otra realidad: la construcción existencial del ser humano en su modo de estar en el mundo, de conocerse y expresarse a sí mismo, así como de establecer relaciones comunicativas con los otros.
Texto de Alba Martín